“Nos drogaron con pentotal y nos arrancaron los hijos en
Sevilla”
Nos drogaban, nos inyectaban pentotal y
estábamos varios días como borrachas”.
“Me tuvieron en una camilla casi a ras de suelo, me
siguieron dando tanta droga que me quedé ciega y apenas me acuerdo de nada”.
Las madres afectadas por el robo de bebés
denuncian el uso sistemático de drogas por parte de los centros para
arrebatarles a sus hijos
Se hace frecuente la pérdida de los
historiales médicos de los bebés, "fallecidos" en circunstancias
extrañas y poco detalladas
Las madres afectadas denuncian la actitud
obstruccionista de la Policía, así como una posible labor de destrucción de
pruebas.
El 17 de octubre, antes de cumplir los nueve meses de
gestación, Paula acudió al hospital por pérdidas de líquido, pero sin dolores
ni síntomas de parto. Ya estaba todo preparado.
Sin reconocimiento previo, la llevaron a un paritorio
oculto. “Una enfermera vestida con uniforme nuevo, sin conocerme de nada, me
dijo ´Paula por aquí´, y me subió en un montacargas hasta una planta
abandonada. Yo iba llorando mucho porque tenía muy mal presentimiento. Había
vigas de madera por el suelo del pasillo, por el terremoto del año 69. Las
habitaciones de esa planta las utilizaban como trasteros.
Me metieron por una
puerta pequeña y me recibieron otras tres enfermeras más jóvenes también con
uniforme nuevo, formando un círculo.
Era otro trastero, con muchas mesitas de
noche apiladas. Tenían mucha prisa.
Una de ellas me dijo: ´Paula, si ya has
tenido tres hijos y te han salido sanos y buenos, por qué tienes miedo`
¿Cómo
sabía que me llamaba Paula y que tenía tres hijos, si yo no los había dado a
luz allí?”, recuerda con enorme angustia.
“A partir de ahí, me durmieron y no volví a saber nada,
hasta que mi niño me despertó llorando. Estaba desnudo y solo encima de un
antiguo mueble de cocina de acero inoxidable. Le brillaban las carnecitas a la
luz de una bombilla colgada de la pared. Quise cogerlo pero estaba atada al
borrico de pies y manos. Yo estaba aturdida pero gritaba y gritaba, y no venía
nadie. El niño berreando y yo chillando amarrada. Hasta que llegó una enfermera
bajita y se lo llevó y ya no lo vi más”, lamenta Paula. “Me tuvieron en
una camilla casi a ras de suelo, me siguieron dando tanta droga que me quedé
ciega y apenas me acuerdo de nada”.
La historia de María
A María Granada Rodríguez también la drogaron con pentotal
en 1974. “Me pusieron una inyección y no me enteré de nada hasta el día
siguiente”. Sin embargo, algo traumático ocurrió durante el tiempo que estuvo
sedada.
No puede recordarlo pero le atormenta en sueños. “Llevo
cuarenta años despertándome malísima, buscando a mi hijo, cuarenta años que me
paso las noches sentada llorando en la cama y sin querer decir nada”, admite
compungida.
Cuando se puso de parto sus padres residían en Madrid y su marido
no se encontraba ese día en Sevilla, así que acudió al centro sanitario sola.
Nunca llegó a ver a su
hijo, al menos de forma consciente. A su esposo le enseñaron la susodicha
cajita.
Al cabo de los años, se ha enterado de que el motivo oficial de la muerte
fue parada cardiorrespiratoria. El hospital no le entregó el historial clínico
aduciendo que se había perdido, pero apareció milagrosamente al solicitarlo la
Fiscalía.
Afectadas por el robo de bebés en Sevilla frente al antiguo
hospital de las Cinco Llagas, actual sede del Parlamento andaluz, escenario de
algunos de los casos más truculentos. (José Luis Gordillo)
La historia de Carmen
Carmen
Lorente tampoco vio a su hijo, ni siquiera cuando fue a desenterrarlo en 1989.
La tumba estaba vacía. Sólo había dentro algodón y un trozo de sábana. En ese
momento creyó lo que le dijo le enterrador, que al ser un bebé se había
disuelto por completo. Hoy día, sabiendo que eso es totalmente imposible, que
ni el cráneo ni los fémures pueden nunca desvanecerse, lamenta no haber llamado
a la Policía en ese mismo momento. “Con la de lagrimas que he echado yo allí y
lo que le he rezado a mi niño” durante toda una década, desde que dio a luz en
1979, “y allí no había nada”. Hoy lleva su caso con un abogado de oficio.
La historia de Maria del Carmen
La práctica de drogar a las parturientas para arrebatarles
presuntamente a sus hijos se prolongó en el tiempo.
Tanto que a Maria del Carmen Perea, en 1982, también le
inyectaron pentotal, esta vez después del parto, en el antiguo hospital García
Morato, hoy Virgen del Rocío. Recuerda que quedó muy aturdida, casi sin sentido,
pero que no se durmió.
Tras dar a luz a las tres de la tarde la pasaron a la unidad
de observación, pero no avisaron a su familia, que a las siete aún permanecía a
la espera de noticias.
Fue una limpiadora conocida quien les informó que el parto
se había producido cuatro horas antes. No les dejaron ver a la niña, y a la
madrugada siguiente les informaron de que había fallecido. “Yo estaba muy rara,
como borracha, y a mi marido le enseñaron la cajita tras los cristales”,
recuerda.
1.844 personas han puesto anuncios en el blog de la Asociación
Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares buscando a sus familiares,
por desapariciones ocurridas mayoritariamente entre 1950 y 1990, aunque también
las hay anteriores, desde 1939, y posteriores, hasta el año 2000.
La mayor parte, 1.309 concretamente, son hermanos que se
buscan entre sí o padres que reclaman a sus hijos, pero también hay 535
hijos adoptados que sospechan fueron raptados y buscan a sus verdaderos padres.
El presidente de Anadir, Antonio Barroso, asegura que
la inmensa mayoría de estos anuncios se corresponden con las denuncias
presentadas en los juzgados de toda España. Aunque los casos documentados hasta
ahora pueden ser incluso el doble.
En estos 1.844 casos se mencionan un total de 190 centros,
entre hospitales, clínicas, maternidades y casas cuna, en los que se
perpetraron los presuntos delitos de detención ilegal, que según la doctrina de
la Fiscalía General del Estado no inicia su periodo de prescripción mientras
persista la situación a la que ha dado lugar, es decir, la separación forzada
de padres e hijos.
La comunidad que acumula más centros sanitarios denunciados
es Andalucía, con 34, seguida de Cataluña con 25, Valencia con 24, Madrid con
22, Castilla y León 18, el País Vasco que alcanza los 15 y Canarias con 12.
Por detrás quedan los nueve hospitales y clínicas
supuestamente escenario de robo de niños en Aragón, seis en Galicia, cuatro en
Extremadura, tres en Murcia y otros tantos en Asturias y Baleares, dos en
Navarra y Cantábria y uno en La Rioja.
Hasta ahora los tribunales han dictado el
archivo masivo de causa, bien por falta de pruebas e indicios de criminalidad o
bien por prescripción del delito, contraviniendo en este último caso la
circular de la Fiscalía General.
Sin embargo, en este año 2013 ha empezado a
cambiar tímidamente la tendencia, al imputar los jueces en la fase de
instrucción a más de una decena de médicos y matronas en Madrid, Andalucía y
País Vasco. En este sentido, en Sevilla esperan noticias de próximas
imputaciones, según les adelantan informalmente sus abogados.
Hasta ahora, sin embargo, todo han sido
obstáculos.
Muchos de los posibles culpables de tales
delitos, principalmente el personal facultativo de los centros sanitarios y
empleados del Registro Civil, viven todavía y el algún caso aún ejerciendo.
Hay nombres de médicos que se repiten, como el
de José María Sillero, que aseguran aparece en al menos ocho de sus casos.
Las relaciones entre las tramas de cada
territorio de España también empiezan a esclarecerse.
A denuncia de la asociación Anadir, la Guardia
Civil ha desvelado el tráfico ilegal de niños comprados en Marruecos,
introducidos a través de Melilla y dados ilegalmente en adopción principalmente
en el Levante español.
Si no lo mueves, no lo sabrá nadie.Difunde.
zerezas,-
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Fuente y mas Información
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